viernes, 22 de agosto de 2014

Y el estado perfecto sería ¿Sin sentimiento?

He cambiado, he cambiado mucho. Cuando tenía 22 años me sentía muy madura para mi edad ahora tengo 26 y algunas veces me siento niña; creería que se debe a que cuando tuve a mi hijo dejé de crecer para estar con él y la consecuencia es que en el camino me detuve, pero he aprendido tanto sobre la marcha que tampoco es que sea un caso perdido.



Aún así cuando miro atrás puedo ver cuan distinta soy, reconozco que no soy la misma, aunque eso es figurativo porque pienso igual, escucho la misma música, leo sin parar, volví a dibujar, de vez en cuando salgo a bailar, sigo creyendo en la gente aunque no tenga bases para hacerlo; me sigue gustando la cerveza, el Jager y preparar mistela casera para las ocasiones especiales. Sigo adorando la luna, la noche, las estrellas, me encanta la lluvia y más aún poder acostarme en el prado para que me rose la cara, caminar por senderos sin rumbo, hablar mucho y escuchar demasiado. Todavía río a carcajadas, me subo en la silla de un bar a bailar, cabecear o cantar, me fascina poder hacer reír a los demás, aún soy tierna, consentida, lloro de rabia, de alegría y de tristeza, me siguen gustando las palabras bonitas sean dichas o escritas, que me dediquen canciones, las indirectas totalmente directas y que me llamen de improviso.


Todavía me frenan en el baño del bar para hablarme de amor, conozco al bartender a cambio de pedir una buena canción, aún se me sienta algún loco de un parque para filosofarme de la vida, cantarme y pedirme cerveza. Esta es la hora en que no sé disimular lo que no me gusta, hago mala cuando estoy de mal genio, aún no he aprendido que a la gente hay que llamarla de vez en cuando, regaño a mis amigos cuando la embarran, pero los abrazo de alegría y procuro no soltarlos cuando están mal; paro en la calle a consentir perros y gatos desconocidos, correteo palomas en los parques, hago pucheros improvisados, amanezco leyendo o hablando con quien sin conocerme saca mis mejores sonrisas. Me gusta mirar a la gente a los ojos para encontrar un poco de su alma, me sonrojo con un piropo, sufro de risita nerviosa y sigo creyendo firmemente que no hay nada mejor que un beso!



Con todo y eso que he sido desde que me conozco, he cambiado! Estoy un poco rota por dentro, hay una parte de mi que esta perdida, no se halla ella misma y no me halla a mi;  hay tantas imágenes, tantos sentimientos, tantas voces, y al final quisiera salir huyendo un par de días para renacer, estar donde no he estado, compartir con quien no tenga necesidad de escuchar mis penas sino por el contrario me cambie de mundo temporalmente, quien me lleve a la naturaleza y al vacío sin saber por qué o para qué, solo salir a vivir un poco, que el sol, la lluvia y la brisa rosen mi cara, que sean uno conmigo.

Viendo todo esto, recuerdo que hace poco (una semana a lo mucho) Anna me preguntó si era feliz, el corazón me dio un vuelco inimaginable, sabía la triste respuesta a esa pregunta tanto como la sabía ella pero se hacía necesario formularla entre lágrimas y palabras de desolación. Aún así logró estabilizarme cuando también me cuestionó sobre si estaba segura de haber pasado una buena noche, tenía la certeza de que debía asegurarle que no había sido buena, había sido la mejor noche en mis 26 años de vida, no hubo necesidad o tiempo de titubear, sin duda lo fue, y no sólo por cada momento que pasó sino porque sin pensarlo y después de mucho tiempo, tuve toda una noche, tuve 12 horas lejos de mi realidad, lejos de mi.


No hay palabras que describan algo de todo lo que me esta pasando, simplemente soy yo, la que ven, la que oyen, la que leen; sólo soy yo buscando muchas risas mientras en el camino construyo otras tantas en los demás. Soy yo buscándome nuevamente. Siendo como siempre una especie parlante, lectora, que de vez en cuando intenta ser dibujante y escritora, con una mente a ratos confusa pero siempre totalmente segura, consiente de que "no todo lo negro es totalmente negro, ni todo lo blanco es totalmente blanco"*.


* Tomado de un gran plagiador...

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